Indudablemente, uno de los fenómenos que ha atacado nuestra sociedad desde tiempos ancestrales es la violencia machista. Los datos hablan por sí solos: 5 víctimas en una sola jornada, y más de medio centenar en el pasado 2014. Como ya he dicho, esto no es algo nuevo, sino que desde la antigüedad, incluso en mayor medida que en la actualidad, se ha manifestado este ataque a la condición humana. Un ejemplo es la obra “Los Pazos de Ulloa” de Emilia Pardo Bazán, que muestra la gran dominancia que tenían los hombres sobre las mujeres a finales del XIX, pues uno de sus protagonista, Don Pedro, llega a renunciar a su descendiente por no ser un varón, o el propio filósofo alemán Arthur Schopenhauer, con una indudable faceta misógina que llegó a decir que “Las mujeres son objetos de cabellos largos e ideas cortas”.
Es evidente y notablemente visible que nuestra sociedad ha tomado consciencia del problema que aquí nos ocupa, y que por tanto desde el gobierno hasta la población estamos actuando a favor de su abolición. Sin embargo, parece que todos estos esfuerzos, aunque no se pueden catalogar de inviables e inútiles, sí de insuficientes, ya que lamentablemente, la violencia machista es una realidad indudable, que de una forma u otra todos conocemos, y a todos nos acompaña.
Espero que no se malinterprete mi opinión, ya que no pretendo con esto poner en duda el progreso y los grandes avances que hemos experimentado en relación a este problema, puesto que es indiscutible la idea de que la sociedad y la cultura española han avanzado a pasos agigantados en la concepción de la mujer y de la violencia machista, pero sí pretendo resaltar que el camino para conseguir una sociedad realmente igualitaria está aún a muchos kilómetros de moral humana.
Sí, otro caso de violencia machista. Esta vez cinco víctimas en tan solo un día. ¿Nada nuevo no? Solo hace falta echar una ojeada al periódico para darse cuenta de los innumerables casos de violencia machista que se suceden en nuestra sociedad y, sin embargo, presumimos de vivir en el siglo de los avances, de la modernidad y del “progreso”. Sí, se hacen campañas, se realizan denuncias y se toman diversas medidas para que tales sucesos no tengan lugar pero, no nos engañemos, puesto que noticias como esta corroboran que todo esto es insuficiente. ¿Por qué? ¿Por qué cada vez más casos como estos? Pues el problema se encuentra en el miedo, en la inseguridad y, sobre todo, en los prejuicios y tradiciones y en el concepto de “posesión”. Los prejuicios y tradiciones propias de cada sociedad afectan a la educación y al modo de ver la vida, tal y como ocurría en la obra de La casa de Bernarda Alba en la que Lorca refleja un machismo que está presente en el día a día como algo normal pues, está tan sumamente ligado a la sociedad, que resulta inapreciable. En esta obra, se asume esta situación machista hasta tal punto que las propias mujeres, principalmente Bernarda y su criada Poncia, son quienes consideran a la figura de la mujer inferior a la del hombre. Sin embargo, otros personajes que aparecen, principalmente Margarita, es la que más explícitamente lucha contra el triste papel que la mujer parece condenada a representar en la sociedad al verse obligada a respetar el luto de su padre. Por otro lado, el miedo por perder a alguien crea en el ser humano una inseguridad siendo ésta la principal causa del machismo que generalmente desemboca en la muerte de la víctima y en el suicidio del agresor. Por ello, considero que el machismo se podría definir tal y como hizo Gabriel García Márquez, "Yo diría que el machismo, tanto en los hombres como en las mujeres, no es más que la usurpación del derecho ajeno. Así de simple". Creemos que alguien es de nosotros cuando, en realidad, nadie es de nadie puesto que, siendo extremistas, lo único que se puede poseer son las cosas y los esclavos y que yo sepa una relación no se basa en la esclavitud. Irene de Agustín Escudero
La violencia machista, un maltrato sin fin La violencia de género es lo peor que puede haber, porque si nos damos cuenta, todos somos personas y debemos tratarnos por igual, una persona es grande cuando comprende, cuando se coloca en el lugar del otro, cuando obra de acuerdo con sus ideales y no con lo que esperan de ella, por eso hay momentos inolvidables, cosas inexplicables y personas incomparables. Cada vez se detectan más casos de mujeres muertas por su parejas o ex parejas. Las mujeres hemos crecido y debemos hacernos respetar, que por eso hemos llegado donde estamos y tenemos la libertad de decir lo que no gusta, como dijo Voltaire aunque no comparta tu opinión daría mi vida por defender tu derecho a expresarla. Esto se debería de acabar, estamos en el siglo XXI y creo que somos suficientemente listos para dejar a parte el maltrato, ya que eso perjudica a una persona que quizá anteriormente has querido. Hay que tratar a la persona como un todo, la persona tiene conocimientos, actitudes y habilidades, hay que tratar a la personas como Andrea Pirlo al balón, defenderlas como defendía Puyo al Barsa y serles fiel como Totti a la Roma, porque la violencia solo es una forma dolorosa de enfrentar a las personas y empeorar el mundo, nadie tiene razón cuando necesita hincharte los ojos para hacértelo ver más claro, cualquier momento del día o de la noche es bueno para decir basta y poner fin a una etapa en tu vida que hubieras deseado no vivir.
Indudablemente, uno de los fenómenos que ha atacado nuestra sociedad desde tiempos ancestrales es la violencia machista. Los datos hablan por sí solos: 5 víctimas en una sola jornada, y más de medio centenar en el pasado 2014. Como ya he dicho, esto no es algo nuevo, sino que desde la antigüedad, incluso en mayor medida que en la actualidad, se ha manifestado este ataque a la condición humana. Un ejemplo es la obra “Los Pazos de Ulloa” de Emilia Pardo Bazán, que muestra la gran dominancia que tenían los hombres sobre las mujeres a finales del XIX, pues uno de sus protagonista, Don Pedro, llega a renunciar a su descendiente por no ser un varón, o el propio filósofo alemán Arthur Schopenhauer, con una indudable faceta misógina que llegó a decir que “Las mujeres son objetos de cabellos largos e ideas cortas”.
ResponderEliminarEs evidente y notablemente visible que nuestra sociedad ha tomado consciencia del problema que aquí nos ocupa, y que por tanto desde el gobierno hasta la población estamos actuando a favor de su abolición. Sin embargo, parece que todos estos esfuerzos, aunque no se pueden catalogar de inviables e inútiles, sí de insuficientes, ya que lamentablemente, la violencia machista es una realidad indudable, que de una forma u otra todos conocemos, y a todos nos acompaña.
Espero que no se malinterprete mi opinión, ya que no pretendo con esto poner en duda el progreso y los grandes avances que hemos experimentado en relación a este problema, puesto que es indiscutible la idea de que la sociedad y la cultura española han avanzado a pasos agigantados en la concepción de la mujer y de la violencia machista, pero sí pretendo resaltar que el camino para conseguir una sociedad realmente igualitaria está aún a muchos kilómetros de moral humana.
Lucía Villaescusa Arenas
Sí, otro caso de violencia machista. Esta vez cinco víctimas en tan solo un día. ¿Nada nuevo no?
ResponderEliminarSolo hace falta echar una ojeada al periódico para darse cuenta de los innumerables casos de violencia machista que se suceden en nuestra sociedad y, sin embargo, presumimos de vivir en el siglo de los avances, de la modernidad y del “progreso”.
Sí, se hacen campañas, se realizan denuncias y se toman diversas medidas para que tales sucesos no tengan lugar pero, no nos engañemos, puesto que noticias como esta corroboran que todo esto es insuficiente.
¿Por qué? ¿Por qué cada vez más casos como estos? Pues el problema se encuentra en el miedo, en la inseguridad y, sobre todo, en los prejuicios y tradiciones y en el concepto de “posesión”.
Los prejuicios y tradiciones propias de cada sociedad afectan a la educación y al modo de ver la vida, tal y como ocurría en la obra de La casa de Bernarda Alba en la que Lorca refleja un machismo que está presente en el día a día como algo normal pues, está tan sumamente ligado a la sociedad, que resulta inapreciable. En esta obra, se asume esta situación machista hasta tal punto que las propias mujeres, principalmente Bernarda y su criada Poncia, son quienes consideran a la figura de la mujer inferior a la del hombre. Sin embargo, otros personajes que aparecen, principalmente Margarita, es la que más explícitamente lucha contra el triste papel que la mujer parece condenada a representar en la sociedad al verse obligada a respetar el luto de su padre.
Por otro lado, el miedo por perder a alguien crea en el ser humano una inseguridad siendo ésta la principal causa del machismo que generalmente desemboca en la muerte de la víctima y en el suicidio del agresor. Por ello, considero que el machismo se podría definir tal y como hizo Gabriel García Márquez, "Yo diría que el machismo, tanto en los hombres como en las mujeres, no es más que la usurpación del derecho ajeno. Así de simple".
Creemos que alguien es de nosotros cuando, en realidad, nadie es de nadie puesto que, siendo extremistas, lo único que se puede poseer son las cosas y los esclavos y que yo sepa una relación no se basa en la esclavitud.
Irene de Agustín Escudero
La violencia machista, un maltrato sin fin
ResponderEliminarLa violencia de género es lo peor que puede haber, porque si nos damos cuenta, todos somos personas y debemos tratarnos por igual, una persona es grande cuando comprende, cuando se coloca en el lugar del otro, cuando obra de acuerdo con sus ideales y no con lo que esperan de ella, por eso hay momentos inolvidables, cosas inexplicables y personas incomparables.
Cada vez se detectan más casos de mujeres muertas por su parejas o ex parejas. Las mujeres hemos crecido y debemos hacernos respetar, que por eso hemos llegado donde estamos y tenemos la libertad de decir lo que no gusta, como dijo Voltaire aunque no comparta tu opinión daría mi vida por defender tu derecho a expresarla.
Esto se debería de acabar, estamos en el siglo XXI y creo que somos suficientemente listos para dejar a parte el maltrato, ya que eso perjudica a una persona que quizá anteriormente has querido. Hay que tratar a la persona como un todo, la persona tiene conocimientos, actitudes y habilidades, hay que tratar a la personas como Andrea Pirlo al balón, defenderlas como defendía Puyo al Barsa y serles fiel como Totti a la Roma, porque
la violencia solo es una forma dolorosa de enfrentar a las personas y empeorar el mundo, nadie tiene razón cuando necesita hincharte los ojos para hacértelo ver más claro, cualquier momento del día o de la noche es bueno para decir basta y poner fin a una etapa en tu vida que hubieras deseado no vivir.
Sara Gonzalo