domingo, 10 de abril de 2011

Violencia, penas y justicia

He aquí otro tema para reflexionar.
¿Es justo que un hombre que mató a su mujer y a su hijo salga de la cárcel tras nueve años de internamiento?
Los comentarios pueden partir de la siguiente noticia:
Detenido un parricida convicto al desaparecer su mujer y su cuñado

5 comentarios:

  1. ¿Qué valor tiene la vida para la justicia? El hecho de que una persona asesine a otra a propósito ya me parece digno de pagar con tu vida esa que por tu culpa ya no volverá a vivir. Con ello no me refiero a la condena de muerte, sino a vivir de por vida sometido a trabajos y labores para la comunidad, por ejemplo. Hoy en día estamos acostumbrados a estas noticias, pero si lo pensamos en frío, ese hombre se creyó con derecho suficiente para arrebatarle la vida, los sueños, la esperanza a dos personas. Además siendo una de ellas de 6 años de edad. Sus muertes le costarían al hombre 57 años, sin embargo, una buena actitud en la cárcel le restó 48. ¿No era ya demasiado tarde para hacer buenos actos? Por un lado, el hecho de que sea jefe de cocina en prisión, no quiere decir que no sienta el impulso de matar ni que esas dos personas recuperen su vida. Por otro lado, el hecho de que un preso pueda estudiar o ser jefe de cocina, son actividades que deberían poder realizar para pasar el tiempo en prisión, no para acortar la pena. Éste caso es solamente la prueba de que, tal vez, el sistema de justicia necesite un cambio, sino, cualquiera puede matar a una persona, esperar 5 años y retomar su vida como si la de su victima solo fuesen 5 minutos perdidos.

    María Soria.

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  2. La polémica a la que hace referencia esta noticia está centrada en la Justicia española y no en el asesino; el motivo es evidente: da la sensación de ser demasiado permisiva en según qué asuntos. Honestamente, el hecho de que sea un asesino hace que cualquier opinión personal sobre él esté de más. Lo que me parece escandaloso es lo de la Justicia, que por buena conducta es capaz de rebajar condenas hasta este punto, en el que un asesino es liberado tras una pena vergonzosa. Otro ejemplo es el del etarra Troitiño, condenado a 2700 años de cárcel por 22 asesinatos, y cuya pena ha sido rebajada porque, por cada sentencia, se rebajan los años que ha pasado en prisión preventiva. ¿Qué buscan exactamente dejando libres a personas así? Quizá hablar de modificar el código penal es excesivo, pero lo que está claro es que, ya sea por motivos éticos, preventivos o mediáticos (destacable este último, ya que las televisiones se han encargado de formar polémicas en torno a todos los casos posibles); debemos replantearnos si de verdad se puede confiar en los tribunales. Dudo que la sociedad gane mucho con gente así libre por la calle; lo que hace que me pregunte qué es lo que gana la Justicia, el gobierno, la burocracia, o la administración del Estado con ello. Como hasta ahora, quizá debamos poner el grito en el cielo cada vez que veamos cosas así en los informativos y olvidarnos al poco tiempo, mientras seguimos hablando de un "Estado de bienestar", pero con la boca pequeña.

    Carla López.

    Carla López.

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  3. Respecto a la pregunta, lógicamente no es justo que una persona que ha decido arrebatar la vida a dos personas e incluso ahora se está demostrando que a cuatro, por buenos actos y por trabajar como cocinero en la cárcel reduzca su condena a nueve años. Lo curioso es que no eran ni diez ni doce años los impuestos sino ni más ni menos que 57. ¿Qué quiere decir esto? Que la justicia debe madurar, es decir, que con estas noticias debería darse cuenta que no porque una persona durante nueve años de su vida se dedique a ser un buen compañero de celda tiene porque haberse convertido en una buena persona. Deberían ser estas noticias las que lleven a todos los integrantes de la jerarquía judicial a pensar que tal vez sean demasiado benevolentes o tolerantes con ciertas conductas, pues si los años impuestos son 57 e incluso bajo mi punto de vista me parecen pocos, será porque en el momento se vió que era lo más correcto. Quiero decir, que las personas en la cárcel al igual que en la calle sabemos mentir y adoptar distintas caras o mejor dicho distintos comportamientos según nos convenga.

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  4. La justicia. A veces inflexible, otras incomprensible y, aunque paradójico, muchas veces injusta. Muchas de las acciones más injustas son cometidas a menudo por la llamada justicia, fijémonos sino en la noticia propuesta. ¿Cómo es posible que un hombre tras cometer dos asesinatos sea condenado a 57 años de cárcel y no llegue a cumplir ni una quinta parte? Con un buen comportamiento, siendo por ejemplo el jefe de cocina. En mi opinión eso no es razón suficiente para reducir a un asesino su pena de cárcel. Ese hombre privó de la vida a su propio hijo, con tan solo 6 años de edad, y a una mujer de 25 años, que tenía una vida por delante, y sin embargo, por ayudar en la cocina de la penitenciaria, sólo pagó con 9 años de su vida. Bajo mi punto de vista son aceptables, y me atrevería a decir necesarias, las reducciones de pena en casos de robo, fraude, delito contra la salud pública,… pero nunca por asesinato. Los asesinos, a mi parecer, deberían cumplir todos y cada uno de los días impuestos en su pena, pues alguien que se cree en el derecho de arrebatar una vida debería perder todo el derecho a continuar la suya en libertad. Pero aún hay algo peor, y es la reincidencia de éste señor, muestra de que no estaba preparado para ser liberado. ¿A caso había sido tratado psicológicamente o tan sólo retirado temporalmente de la sociedad mientras jugaba a las “cocinitas”?. Una parte de los impuestos de los ciudadanos es destinado en España a reinsertar a los presos, por ejemplo tratándolos psicológicamente para evitar su reincidencia, pero tras observar tales casos cabe pensar ¿es realmente un dinero “bien invertido” o convendría un sistema penal semejante al de los países anglosajones, donde la cárcel sirve tan sólo para retirar a estas personas de la sociedad y evitar que realicen más daño?

    Cristina Gómez

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  5. Pienso que las personas inculpadas en procesos de asesinatos de cualquier persona, pero sobre todo, de familiares y parientes, sobre los que supuestamente se comparten sentimientos, deberían cumplir de manera íntegra sus condenas. Además, creo que no es buena idea reducir la condena establecida por realizar servicios en la cárcel, ya que el objetivo de la mayoría de las personas de la cárcel es salir cuanto antes de ellas y por lo tanto harán lo que sea para conseguir su objetivo. Quiero decir, no se comportan de manera ejemplar porque realmente hayan cambiado su actitud, sino únicamente para poder salir de la cárcel.

    Carmen Ágreda

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